Verde es el campo,
verdes las hojas del buen duraznero,
verde es el tiempo,
eso que está mientras somos eternos.
Verde es el trébol,
verde es el mundo habitual del caballo,
verde es lo cierto,
esa textura de Dios en los prados.
Verde es el monte,
verde el refugio seguro del ave,
verde es su canto,
eso que nunca aprendió pero sabe.
Verde es un huerto,
verde es la vida que crece en la lluvia,
verde lo eterno,
un más allá de mi mano y la tuya.