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domingo, 3 de marzo de 2013

oh mundo


un día te quise de golpe
tan de golpe te quise que no alcancé a calzarme
ni a sacarme la desnudez que traía
tan de golpe que olvidé la corona del laurel
los pájaros del campo
las constelaciones
la tonada que me hacía exacto
la prosodia que me hizo grande
casi viejo
tan de golpe que llegué sin ramas en el cuerpo
descubierto, sin hijos,
descuidado,
sin épica en los gestos
sin argumentos para el candor
o represas para la savia
tan de la nada fuiste que no tuve tiempo de exponer las armas
de enredarte en citas
en sílabas tónicas o silencios sobrevaluados
en rituales, erudiciones de zorro
pertrechos para la paz o la comedia
tan de golpe fue que sentí dejarme ser por un extraño
tan íntimo, tan viejo y sin embargo
sin el pelo lacio
sin la barba sabia
sin la lengua ausente
sin lejanía
tan cerca sin embargo del color natal de la cintura para adentro
debajo de toda letra
ágrafo e inédito
desmedido
desmontado
de lleno
virgen
bueno
desnudo debajo de la investidura

2 comentarios:

  1. Así, tan repentino, me has descrito con quince años cuando me ahogué en aquellos ojos, nunca jamás le volví a ver. Luego vinieron las vidas, los hijos, nietos..., pero yo permanezco allí ahogado, yerto sonriente. Ya no podré morir, quedé muerto con quince años.

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