Soy una piedra en reposo,
un río lento sin espuma,
la vibración de una cuerda,
el resplandor de la luna.
Soy un árbol silencioso,
la sombra lenta en la tarde,
los pies serenos de un hombre
que han decidido quedarse.
Soy lo que talla una pluma
y lo que queda sin nombre,
soy el pedazo de cielo
en la ventana de un hombre.
Quiero vivir poco a poco,
hasta gastarme la vida,
quiero ser quien se lastime
y ser quien bese la herida.
Soy la lluvia que a la tarde
está cayendo de nuevo,
soy los círculos del agua
en los reflejos del cielo.
Soy la lengua que se estira
en cada sitio de agua,
busco los mares profundos
en cada rosa mojada.
Soy una antigua vasija
que guarda un agua bendita,
soy en la fronda del monte
la rama más escondida.
Quiero ser ya para siempre
esto que siempre yo he sido,
ese pájaro de lejos
que busca un cielo perdido.
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