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domingo, 20 de noviembre de 2011

El sabio

                                                                                Tenía un grillo entre las sienes
y sabía decir mariposa.
Lo demás lo ignoraba.
(Ana Emilia Lahitte; "La niña extraña")


Sabía que la velocidad de la luz no es la misma que la velocidad de la sombra. Sabía la palabra alma. Sabía que hay que cruzar millones de agua dulce para llegar al desierto. Sabía la palabra sueño. Sabía que no hay relámpago que sobreviva a la noche ni trueno que no caiga sobre sí mismo. Sabía la palabra rumbo. Sabía que toda constitución comienza con nosotros y que casi nadie ha escrito una constitución. Sabía la palabra dueño. Sabía que no es la misma la composición del agua de la lluvia que la de las lágrimas o las lagunas. Sabía la palabra niño. Sabía que no hay manera de salir porque no existe el adentro. Sabía la palabra bueno. Sabía que en las esquinas se esconde un misterio creado por dos líneas que se juntan. Sabía la palabra nada. Sabía la palabra nunca. Sabía la palabra nadie. Sabía bailar solo y a lo lejos una danza ritual alrededor de la palabra fuego.

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