(Un poema de amor)
Estamos lejos,
los pasos de la orilla
son infinitos.
Vuelco mi mano,
puedo tocar el agua,
pero no el río.
Estamos cerca,
puedo escuchar tus aves,
sentir las olas.
Los ojos fijos,
las luces que te extienden,
tu lado en sombra.
Somos ajenos,
somos la cercanía
de dos extraños.
Sobre tus líneas,
descanso la mirada
color del barro.
Somos lo mismo,
dos seres que han dejado
que Dios los cree.
Me iré al alba,
la noche es un milagro
de vida breve.
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