Prefiero el río,
su cuerpo blando,
la impureza del agua.
No estamos limpios,
como ese río,
que ensucia lo que lava.
Como el sonido,
estamos hechos
de todo lo inaudible.
En algún sitio,
te está llamando
lo mucho que perdiste.
Prefiero el río,
su olor a viejo,
sus aguas derramadas.
Como nosotros,
no sabe nada
de todo lo que guarda.
Somos su orilla,
somos lo ajeno,
por eso nos ignora.
No busca nada,
apenas deja
las algas que lo flotan.
Prefiero el río,
su voz de ave,
su luz abandonada.
Como él crecemos,
bellos y solos,
como él que llega y pasa.
No puede oírnos,
no siente nada,
ni siquiera desprecio.
Cuando te vayas,
llevame al río,
que en el río me duermo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario