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miércoles, 20 de noviembre de 2013

la triste historia de la vaca muerta

hay una estría
una zancada de perro al despertar
se abría la cueva
la inmensidad súbita
descubrimos la muerte
tras la membrana que cubre el gusano
la vaca estaba muerta yo la vi
un chimango me despreciaba desde lejos
no eran menos que infinitos los gusanos de adentro
la muerta estaba hueca
lo sentí al patearle el lomo seco
había ocultado la muerte detrás de una laguna
yo la vi la tuve cerca
el agua de algún modo fue sembrada por el tiempo
que no es tonto
pero a veces se perfora
se le sale el aire quiero decir
habla por el viento
me asustó la muerte conocida
otra vez de algún modo me sorprendió
era tanto el amor que habíamos puesto en sacar las manchas viejas
la mandíbula era un capullo de moscas de queresa
brillaba porque las moscas que comen al sol son verdes 
yo la vi estaba quieta
nada que hacer
no hay retorno de las grietas
de la estría no hay olvido
del lápiz labial corrido no hay retorno
no hay brillo ni delineador para el agua seca
y los flamencos estaban lejos
como siempre estaban lejos porque la esencia del flamenco es su lejanía
no como los teros
gritones y repulsivos
la laguna estaba llena de vacas muertas me dijeron una voces
y yo estaba solo y yo estuve hueco
un poco más enfermo de la vida
saltando los alambres de púa y el óxido del camino
el polvo ingobernable
interminable el polvo
el ojo abierto entrecerrado
la vaca ha quedado muerta carajo
y no pude mantener el tono
quise ser sobrio pero me ganó el destino
eso pasa siempre
somos inigualables
excepto que somos siempre iguales
un chimango y una vaca muerta
los flamencos lejanos
la laguna que quedó lejos
tan lejos que quedó adentro
también el grito que me olvidé de dar detrás del eucaliptus grande
y que doy ahora
ahora que duerme
ahora que nadie me escucha

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