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martes, 28 de enero de 2014

topografía

sabía que sólo la posición (¿debería escribir postura?) de crucificción
o una semejante
le permitiría cruzar
o brevemente quedarse
entre las piedras quietas, filosas del río
sabía que la felicidad, o como se llamara esa sedimentada paz,
era una cuestión geográfica,
topológica o topográfica
no sabía bien la diferencia
o pensaba simplemente
que bien valían los matices
sabía que el río está quieto, ¿endurecido?
como las piedras lo están
sabía que él debía cruzar
ignoraba la razón o el deseo
sólo sabía que algunas maneras del cuerpo lo permitían
y otras no
o le resultaban ¿anómalas? ¿incómodas?
no odiaba del todo el río
eso es cierto
más bien sentía un raro vínculo de afecto mutuo
las piedras lo raspaban eso sí, si fallaba,
si erraba la forma
la ubicación
la silueta 
no había más de una posición para atravesar el río sin pena
y esa manera también le sujetaba el cuerpo
¿le pesaba, debió haber dicho?
había río, por fin se preguntó,
había piedra, también,
había al fin un cuerpo, además,
que bajo la forma de muerto, herido o lacerado
deseaba el otro lado del río
había otro lado
(todo lo último, pensó, debió haber llevado los signos)

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