Tenso una cuerda,
las manos lentas
buscan su sitio.
Ya se distienden
sobre las formas
de la madera.
Y lentamente,
de un vals pequeño
se llena el aire.
Los dedos viven,
una armonía
los guía dentro.
Vibran los hilos,
toda la casa
deja el silencio.
Somos perfectos,
somos felices
ahora mismo.
Y el vals se acaba...
la mano suave
calla las cuerdas.