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martes, 24 de septiembre de 2013
sábado, 21 de septiembre de 2013
Su Majestad
El risible bufón Real consiguió, al fin, por parte del Gran
Sabio y Hechicero de la Corte, la concesión de las tres palabras que, bajo enfática
promesa de no usarlas jamás, había reclamado con larga insistencia durante tantos
años de vida nimia en el Palacio Real.
Esa misma noche,
previsiblemente, el accesorio bufón probó sus dones. El Rey, magnánimo, en su
magnífico lecho con dosel, quedó transformado, al cabo de la lenta elocución,
en un hermoso y blanco conejo dormido. A su lado, hermosa, dormía sin
sobresaltos una plácida liebre que acababa de ser Su Venerable Reina. Y en el Palacio
innumerable fue el tiempo de todos. Silentes ranas que fueron rígidos soldados,
hidalgos sapos que fueron Guardia Real, rumorosas ardillas y hasta patos
silbones que fueron Condes, Duques, altos Príncipes, que quién sabe si
conservaban en sus disminuidos cuerpos, de pie en la quieta laguna, los viejos
rasgos de Nobleza y vida Real.
El Gran Sabio y Hechicero
de la Corte no esperaba del todo la traición. Pero también a él, inmutable la
culta barba, le llegó. Su nueva especie fue denunciada por un breve pero
hiriente graznido de ganso que azotó levemente los oídos satisfechos del
risible bufón.
Y ahora sí, dijo
para sí el antiguo risible bufón de la Corte, mientras mudaba sus calzados de excesiva
punta corva por los enérgicos y puntuales zapatos de Su Majestad, ahora soy el
Rey indiscutible de esta granja.
sábado, 14 de septiembre de 2013
Los desaparecidos
Fue al llegar a la página 25 que notó la falta de una de sus
piernas. A la boca la perdió algo después. Pero no fue hasta promediar la
segunda hora de lectura que advirtió la pérdida de gran parte de su cuerpo. El
libro flotó sin inmutarse hasta mucho después. Desapareció sin prisa, cuando
aún quedaba por leer.
martes, 10 de septiembre de 2013
Poemas de Perico Remón
VI
Perico Remón se va.
Se va en sí o, digamos,
se va de sí, mejor, se desgaja,
para volver luego y estar en cualquier otra parte
de la que sin duda no ha partido.
En sus mejores días Perico Remón no lucha con el agua,
en sus mejores días es el agua la que lo rema,
es remado por el agua, quiero decir,
lejos del agua incluso, lejos de sus flacos remos.
Descree Perico de la ficción,
del avance o el retroceso cuando avanza o retrocede,
descree de su cuerpo incluso cuando rema descree de su
fuerza.
Del agua no.
El agua es lo único cierto, incluso,
cuando sale del agua y se sienta a sobrevivir.
domingo, 8 de septiembre de 2013
Poemas de Perico Remón
V
Perico
Remón rema, como un viejo español que
hablaba en latín, con un remo en el agua y el otro en las primeras piedras.
Cuando suelta un remo no lo hace por cansancio, lo hace para recordar. Con una
mano rema, entonces, con la otra piensa. Nunca pudo alejarse del todo del cuerpo
para pensar. Busca un cartel, creo. Un signo, una huella, una leyenda que pueda
descifrar, un letrero que le indique el camino para no ir al infierno.
miércoles, 4 de septiembre de 2013
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