más que una acción, un proceso, una decisión, un artificio
la buena lectura es ante todo un estado
una manera de estar quiero decir una manera de dejar el cuerpo
de llevarlo
la buena lectura se puede aveces
ocurre, acontece, pasa
deplora la circunstancia, la ocasión, la contingencia
es una manera de la distancia, de la soledad, del encuentro, de la exclusividad
lejos de ser un acto, un ejercicio, un gesto, un movimiento
la buena lectura es un modo de la pulsación
un ritmo cardíaco, un territorio, y hasta un modo de ser
que no por temporario deja de se eterno o intemporal
digo más
la buena lectura es también un Estado, un paisaje, un territorio, una
jurisdicción
un puñado de leyes justas y el lector un ciudadano que se olvida
lejos de ser un sitio de paso
la buena lectura es ese Estado que te
aloja con vocación de para siempre
aunque un día se corta
un estado entonces y un Estado
la buena lectura es un modo largo de la
flotación
un latido, una manera, una respiración
no siempre que se lee, claro, se está en estado de lectura
ni se sortean siempre los altos fosos de ese silencioso país
se trata entonces de probar las alfombras
de probarse uno en las alfombras
algunas mantienen saludablemente el piso limpio
y hasta son hermosas
otras sobrevuelan el desierto de bagdag