en el campo de mi abuelo materno había un guardaganado
el ganado sabía que por ahí no debía pasar
nunca sabremos si lo lograrían
pero ellas veían un límite ahí que no intentaron nunca
franquear
había también bandadas numerosísimas de cotorras
nidos grandes colectivos o promiscuos...
las cotorras no procuran el canto
el árbol que las soporta se resigna también a sus gritos
estaban también los teros, claro,
pero esos andaban lejos y nunca fueron parte de nuestras
vidas
sí en cambio los chimangos
parados en vigilia como estatuas inminentes en el poste
grueso del alambrado
las lechuzas que te miran sencillamente
el bayo lentamente ciego que quiso domarme y no tuvo tiempo el
abuelo
a pesar de estar cerca del agua, las garzas,
no nadan ni se zambullen
había naranjos en el campo
y un ombú de raíces como asientos
había un tanque australiano
que le habíamos sustraído al ganado
y el ganado no se acercaba
estaba libre el camino pero no se acercaba
las vacas, pienso, no sufren de hybris