Por qué te atrae la noche, María,
por qué te atraen los cielos cubiertos,
los días de lluvia, las calles desiertas,
la soledad.
Por qué te trae lo oscuro,
por qué te trae la calma de todo,
y el día que se abre, la vida de nuevo,
al despertar.
Por qué te llama el insomnio,
por qué las noches sin sueño,
la larga vigilia, la noche por dentro,
la luz lunar.
Por qué te atraen las hojas, María,
por qué te atraen los árboles rotos,
el agua que queda a la tarde temblando
sobre el cristal.
Por qué te trae la casa,
por qué te traen las sillas sin nada,
las ondas del fuego, la sombra cambiante,
la luz del mar.
Por qué te llaman los libros,
por qué las horas más blandas,
la voz que me falta, la voz que quisiera
para cantar.