Alguna vez te detuviste a mirar las cosas desnudas,
las cosas a solas,
vos y ellas,
un árbol, una botella, una palabra,
una enredadera,
el movimiento del sol,
a la tarde,
las olas,
te animaste alguna vez a ver las cosas de siempre
en su desnudez,
en su insignificancia,
en su solidez,
cómo están hechas las bibliotecas,
los libros,
la trama de las trenzas,
del vestido,
las canciones de Charly,
el sistema tonal,
las reglas del ajedrez,
la historia de los idiomas,
la palabra inocencia,
pensaste alguna vez en quitarles provisoriamente
las palabras a las cosas,
las ideas a las cosas,
las ilusiones,
las pasiones a las cosas,
viste de cerca alguna vez cómo está construido el mundo
en alguno de sus rincones,
cómo una mano se frota contra otra mano
bajo el frío del agua,
cómo cubrimos de pieles los pies,
a la mañana,
cómo apoyamos la cabeza en lo blando,
al final,
tu cuerpo increíblemente horizontal,
antes de dormir,
y después, después dormir,
sentiste alguna vez la maravilla de todo lo inventado,
la belleza, no el sentido,
la cultura humana,
el martillo,
los lápices de colores,
el fuelle del acordeón,
los molinos,
los martillos del piano,
la música de Chopin,
viste alguna vez de cerca esas cosas,
te viste desnudo alguna vez,
vos,
sin tu nombre, sin los adjetivos de tu nombre,
sin los verbos,
los adverbios de tu nombre,
te has visto crecer
alguna vez,
miraste alguna vez el mundo desde afuera,
hoy, por ejemplo,
o de veras de adentro,
te detuviste alguna vez ante lo visto a desnudarlo,
le devolviste a las cosas la materialidad
de las cosas,
su irreductibilidad,
su aspereza,
su belleza,
su idiotez,
su anterioridad,
el macizo sinsentido de las cosas,
sentiste alguna vez la tierra en la mano,
sentiste entonces hasta el vértigo,
hasta la emoción,
la masa desintegrada y oscura que te ensucia la mano,
despertaste,
abriste los ojos,
leíste un poema alguna vez por primera vez,
ahora por ejemplo,
te pregunto,
te lo pregunto,
esto es una pregunta.