Cómo es que podés, querida Natalia,
vivir tan lejos de todo,
tan lejos de mí,
desmentirlo todo,
desmentirte vos, incluso,
corregirlo o destruirlo todo,
cómo es que podés estar en otra parte de la cama
cuando a tu lado pasa, apenas insinuada,
una levísima historia de amor,
cómo es que podés ser tan real en todo el tiempo,
sin claudicar, sin clausura,
Natalia, yo no sé de qué cosas estás cerca,
tan imprevista, tan dispersa,
tan confundida, tan frágil,
tan despierta,
no sé y sin embargo anoche, mientras dormías, te sentí a salvo,
pensaba que en el sueño te mejorabas la vida,
creías de nuevo, besabas de nuevo,
decías palabras de amor como si las creyeras de nuevo,
quizás hasta me querías, me perdonabas,
no es fácil, Natalia, se entiende,
vivir de ese modo,
descartar lo que sobra que es todo, a veces,
vivir con lo que falta, que es todo, también, a veces,
y es que entonces sólo quedan los cuerpos,
para el baile, el dolor o el viejo juego del deseo,
me pregunto, no es mentira, Natalia,
me lo pregunto,
cómo es posible haber dejado de entenderlo todo,
vos tan lúcida,
de creerlo todo, vos
tan despierta,
quizás, es cierto, ya lo habíamos entendido,
yo también, y me distraje,
no me lo dijiste pero lo escuché de todos modos,
fingir es cada vez lo menos fácil,
es cada vez lo más absurdo,
lo imposible,
quizás también lo menos heroico,
cuando me fui te dejé dormida,
(tenías el maquillaje absurdo, como al comienzo)
la realidad será implacable otra vez cuando despiertes.