...
al día siguiente
el caburé
ya no era el mismo.
el caburé
ya no era el mismo.
Su voz había degenerado
y su mansedumbre se había trocado en ansias incontenibles de crimen.
Ya no cantó más para embelesar a las avecillas de Dios
sino para elegir su presa.
sino para elegir su presa.
Este cambio
psíquico
trajo también
lentamente
su cambio físico.
psíquico
trajo también
lentamente
su cambio físico.
El caburé, pervertido, criminal, maldito
perdió sus hermosas formas
tomando aspecto vulgar.
tomando aspecto vulgar.
Pero las humildes avecitas de la selva
por efecto
todavía
de aquel influjo
mágico
que Tupang le dio
todavía
de aquel influjo
mágico
que Tupang le dio
acuden a su llamado fatal
donde pagan con la vida su devoción a la melodía y la belleza.
(Extracto de una fuente cualquiera)
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