Días pasados estaba con un amigo. Mirábamos por la ventana.
En frente pasaban estorninos, en bandada, hacia algún lugar. Mi amigo dijo,
mirá, como en el cuento tuyo, los pájaros parecen ser atráidos por el sitio al
que van. Y eso es todo. Creo que esa es la aspiración de todo escritor, la más ambiciosa
de todas. Crear minúsculos modelos del pensar, si es posible del ver, y, de ser posible, del sentir.
Fue el mejor regalo que, como escritor, me hicieron en toda mi vida.
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