a Oliverio
Girondo, que me vio
de alguna manera, sí
surgí de bajo tierra
de alguna manera, sí
me desprendí del cielo
¿si estaba entre los ruidos?
¿si estaba mal o bien o simplemente herido?
¿si estaba inmóvil, en silencio,
hincado ante la tarde?
¿si este mundo es inevitable?
¿me preguntás a mí?
llegué, eso sí,
con las venas adheridas al espanto,
al asfalto,
¿cómo lo viste?
con las crenchas caídas,
y sí, todo, todo desnudo,
ignoro si casi azul de tan blanco
pero una cosa me queda
quizá un reproche
¿por qué te encaprichaste en ver un
ángel, querido poeta,
donde todos, pero todos, más
sensatamente, vieron un caballo?
Tú también ves otras cosas pues indudablemente tienes ojos de poeta.
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