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sábado, 3 de enero de 2015

Cuento que podría haber escrito (otro) y perdido hacia mil novecientos y tantos


Un capitán salado como el agua que hunde, ama o desprecia, persigue con premeditada pasión un monstruo blanco para vengar una reiterada pierna, una ausencia, allá en los mares hondos y fríos del mundo. Su inquina lo envilece o lo endiosa, lo heroísa; en todo caso, lo enfierece o lo animala. Un coraje inquebrantable le crece adentro mientras busca.

Allá en el sur de la provincia de Buenos Aires, un paisano baqueano y cuchillero a quien no han dejado de llamar Palancho, se encapricha la vida con una chancha jabalí a la que presume más grande que otras. Una huella desaforada al costado de una aguada le ha costado esa pena. Su familia ya no lo llama al mediodía para almorzar. El cuerpo se le adelgaza y le crece barba en casi toda la cara. Está sucio. La bestia, de quien sólo tiene el recuerdo brutal de una huella húmeda al costado del agua, le ha borrado los hábitos de la amistad y la gente. Una bestia le crece adentro, día a día, si, como espera, espera.

En un camino transitado y cordial de un campo nuevo de la llanura argentina un hombre de ciudad camina solo y una sombra le rodea lentamente la sombra. Un pájaro marrón y plano al que llaman chimango grita y le acerca una mueca de enemistad. No llega a rozarlo pero lo increpa. El hombre no tiene coraje pero un puño se le ha cerrado y de los dedos sobresale la ingenuidad de una piedra. Se enterará luego que le ha gritado sin pausa a un pájaro apenas rapaz y carroñero. Recién luego sabrá que lo ha buscado como pocas veces ha buscado. Un par de garras afiladas y curvas, piensa, le han crecido adentro, en esa breve pero íntima trasfiguración.

Piensa luego el hombre que al volver trazará un dibujo sencillo que prefigure la verdad.

4 comentarios:

  1. Metáforas explícitas, imágenes de los hombres y su obsesión. Muy buen texto, Cristian

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  2. Oigo eco de otras voces. Supongo que al escribir todos somos el sonido de otros.

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    Respuestas
    1. Sin duda, Anuar. Incluso cuando decimos que oímos el eco. Saludos.

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