A Laura, como todo
como todo
se me fue de las manos
yo no sé ni para qué las tengo
o bien son la estela visible del desgobierno
la huella registrable de todo lo que yo no puede hacer
porque otro lo hace
perdón
porque hay otro que hace lo que yo no quiero hacer
no voy a preguntar cuál de los dos escribe este poema
eso es absurdo
y además lo dijo otro
y en mi caso es tan pedestre
y es tan poco literario
más vale preguntarme vanamente qué quiere
qué busca
si prescinde de mí en todo
si me quiere
o qué relación existe entre los dos
yo sí puedo decir de él que resulta siempre ser lo más lo
poco verdadero
lo falso es lo que traigo yo
cuando lo venzo
porque se deja vencer
así es perverso
más vale preguntarme cuántos metros antes de la muerte nos
resignaremos
a ser la misma cosa
o a dejar de ser
una de dos
más vale preguntarme si es a él a quien le gusta Emily
Dickinson
cuando no entiende
o si es él quien ha leído un poco en vano a Jacques Lacan
se es él quien ha creído un poco ciegamente en la fatalidad
en el lugar de lo ilegible
porque a mí todo se me va de las manos
yo no sé ni para qué las tengo
porque siempre termino igual
él sin tiempo
en cambio
sin espacio
haciendo y bien lo mismo siempre
sin falla
y yo sabiéndolo
pero detrás
que soy su sombra
a su vez que lo sostengo con un cuerpo pequeñito soy su
sombra
y lo reflejo
soy el ave necesaria para ver el cielo desde adentro
soy la última centésima de ocaso
porque al sol lo trae él
y no solo
porque al sol lo trae y se lo lleva él
No hay comentarios:
Publicar un comentario