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jueves, 20 de junio de 2013

el sol

apenas un rayo de luz ilumina y calienta en silencio la cara atenta y el libro
un sol apenas enrejado que insiste y sostiene un viejo cariño de cuando el amor se mascaba sin vidrio
un amarillo milagroso que pone blancas las manos y finge la vida en el papel
en un rincón más allá la sombra que muda y se triangula
atraviesa la reja una vieja estación que ha nacido nueva otra vez vieja como una infancia
yo leo el libro ahora junto a un niño que poco a poco se irá yendo hacia un pueblo que no ha muerto aún
seremos dos por un rato
mientras tanto
lentamente
comeremos del mismo plato caliente y gentil que ha venido nuevamente a no olvidarme el sol

2 comentarios:

  1. El sol es siempre el mismo, a nosotros perpetuos e impresionables niños nos sigue encandilando esa luz que ilumina el corazón de las palabras aún más de lo que el libro puede iluminarnos. Soberbio, como siempre Cristian.

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