Como castigo,
le dijo Dios al niño,
leerás un libro por cada pájaro que has muerto.
Pero ese no será el castigo, claro,
dijo Dios ante el asombro del niño.
Tu Infierno no serán los libros.
Tu Infierno serán los pájaros.
Los pájaros que seguirás buscando sin encontrar eternamente en los libros.
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