Si naciera otra vez, me aprendería todo Borges de memoria. Palabra
por palabra, frase por frase, texto por texto. No como un juego absurdo de
Pierre Menard, no. Sólo que no perdería el tiempo leyendo otros autores, otros
estilos, otras formas. Si me preguntaran, por ejemplo, por Malvinas, por el
peronismo, por Dios; si hablara del desierto, de Francisco Madero, de mis
padres, de los caballos que monté, buscaría mis palabras en las de él. No para
decir lo mismo de las mismas cosas, no. Sólo buscaría en él todas las cosas
para decir, todas las maneras, todas las frases, todas las bromas, toda la
erudición. No quiero entrar en un juego borgeano. Debería callarme acá. (En
este país, se corre siempre el serio riesgo de querer jugar a lo borgeano.) Debería
callarme acá. Decir solamente que lo mismo que vale para Borges vale para
Shakespeare. Pero eso para cuando nazca otra vez.
Está muy bueno programarlo de antemano, para no andar "errando" en otra vida.
ResponderEliminarPrevisión que le llaman, ¿no?
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