con el cuerpo lleno de pastillas
ando
atado a un asco que me reclama
ruego
divulgo lo ajeno y sin pasión
tiemblo
me oculto del goce que me demanda
y bebo
de los árboles que antes no bebía
y lluevo
sobre el suelo que antes me ajaba
me diluyo
con el alma llena de caballos
voy
y vuelvo
tras un galope profundo que me silencia
Galope poético.
ResponderEliminarGracias por tu lectura, Liliana.
Eliminartomo tus palabras, Cristian "me oculto del goce que me demanda y bebo"
ResponderEliminarYa no te ocultes, tu poesía te reclama
De la poesía jamás me he ocultado, Ada Inés, quizás sí de su circulación. Mal hecho, claro. Me queda media vida para remediarlo.
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