Me preguntó si había leído La isla del tesoro.
Le respondí que no.
Me dijo si acaso yo no había tenido infancia.
Me preguntó si había visto la película La gran aventura.
Le respondí que no.
Me dijo si acaso yo no había tenido infancia.
Me preguntó si conocía la historia de Pinocho, de
Blancanieves, de Cenicienta.
Le respondí que no.
Me dijo si acaso yo no había tenido infancia.
Qué fuerza, esa imagen final. La percibo con los cinco sentidos. O tal vez, con el sexto también.
ResponderEliminarA mí, Liliana, la imagen de un caballo sin riendas en la llanura me produce lo mismo que a vos.
EliminarSaludos.
Dos experiencias infantiles diferentes, no es mejor ni peor, muy bien expresada en el poema.
ResponderEliminarSí, pero ¿viste que se asocia la infancia con experiencias culturales?
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