a Irene, a Mirta, a Jorge
A ser Ulises se aprende.
Ser Aquiles es una fatalidad .
Oculta en sus dones la viborita reptaba rubia de
colores. Allá arriba una pareja de leones, pálida, dormía. Sabían, sin fervor, que no podían hacer
otra cosa que matar.
Saber eso también es una fatalidad.
ResponderEliminarUna vez que ocurre, quizás, sí, cierto.
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