Viví mal pero poco, me dijo. Me viví, de algún modo. Me
perpetué en la parte ondulante del único pétalo lánguido que me interesaba. Jamás
me dejé alcanzar por las tijeras de podar. No morí en vano. Lo puedo decir. Jamás
fui póstumo. Ni contemporáneo de lo ajeno. Los dolores en el estómago me
impidieron olvidarme de la grieta larga de la vida. Las drogas también. Y todo
tipo de pastillas. Toda mi vida fue una rampa, un tobogán, un abismo. Caí
pronto, sí. Acaso menos mal. No supe o no quise nunca ser abstracto. Morí
antes. La muerte no es serena. No hay misterio si hemos andado a las caídas como
Jesús al borde de las vías del tren. Viví mal, es cierto, pero no tanto. En
cierto modo eso es vivir bien. Viví bien, sí, es cierto, y quizá no fue tan
poco. Tiré todas las piedras. Morí sin nada. Los médicos dijeron que morí del
todo. Eso no estuvo mal. No dejé de arremolinar la laguna en la que nadó la
blancura de mis padres. Fui animal. Rubio. Eso no es poco, no crean. Fui una
bestia peinada al ras, una bestia perfumada de sal y aceite quemado. Fui
reciente. No fue poco. Todos los tajos del cuerpo son rayas para la memoria.
Una parte de mí no morirá del todo. Por eso escribo. No para la eternidad.
Escribo por los tajos. Porque estoy escrito escribo. Es imposible morir así. Ni
dormir se puede casi. No seré eterno porque no hay mal que dure mil años. No
seré Dios, eso ya lo sé. Prefiero esta raya terca en la garganta. Esta pulsera
de rouge. Este trago de anís para las ratas.
ME GUSTO MUCHO*-*
ResponderEliminarmuy bueno, cristian !!
ResponderEliminarProfundo...
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