"Cuando hay sangre en el mar
la literatura suelen escribirla los tiburones"
Jorge Gerstmayer
Escribir es como manchar el mar con una gota de sangre. Uno no sabe cuánto mar quedará decolorado, cuán expansiva o intensa será la gota. Incluso no sabe del todo si habrá mar. Tampoco si habrá sangre. Pero escribe. Deja un trazo en una hoja muda y muerta. No sabe si en la yema de los dedos algo se parece al alma. El alma, el pensamiento, la lengua, los brazos, las manos... el camino es tan largo que no sabe si llegará. Sabe sí que ha dejado un trazo, aunque no sepa a qué sabe. De haber del otro lado de la hoja alguien, alguien recogerá su rezo. Recogerá su trazo y quizá será trazado. Escribir de ser así será escribir también un otro. Dejarlo escrito. Será difuminar una sangre que nació de una grieta en la yema de los dedos. Pedirá perdón cuando sepa que el mar no está ya limpio. Se sentirá un poco culpable de no saber pintar un arco iris. Sabrá de nuevo que hay destino. Calmará la pena luego con una frase corta, inflexible, circular. Escribir es como manchar el mar con una gota de sangre.
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ResponderEliminarLas criaturas del mar se nutren con cada gota de sangre. Un saludo con admiración desde Colombia. :)
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