La arena es el lugar donde se dirime la infancia.
No se sale de la niñez si no se nos llenan los labios de
arena.
La arena es el sitio en donde una vez peleó el gran Pedro
Pan.
Y perdió.
Hay una arena subalterna, claro, pero increíblemente falsa.
Entrar en la arena es enterarse de que somos mal que nos
duela verdad.
Y perder.
Hay una arena en cada calle, en cada escuela, en cada circo.
Pero hay un circo para evitar hermosamente la arena de una verdad.
Allí vive el pobre, el gran Pedro Pan.
Trepa a los lugares más pequeños de la torre para que lo
aplaudan desde abajo.
La arena le ha quedado chica de tan lejana.
¡Cuántos Pedros Panes!
ResponderEliminarSí, ya no estoy seguro de las bondades de ser como él. Quizás lo idealicé.
ResponderEliminar