Y de nuevo a la noche soñó que era un pequeño punto caminando a
tientas entre hermosas figuras geométricas. Caminaba a solas, por afuera. Y vio
triángulos exactos, y vio cuadrados equivalentes, y vio hexágonos imponentes, y
hasta círculos imposibles e indistintos. Caminaba a solas y a tientas, como
creía ya haberlo dicho. Caminaba por afuera. Pero una vez inesperadamente un gran círculo le mostró
sus puertas. Y sin dejar nunca de temer, el pequeño punto que era él la empujó
apenas y una puerta se abrió. Y fue horrible. Es que detrás de la puerta había
otra puerta, y detrás la puerta había otra puerta, y detrás... Y así y todo
no cesó hasta el final. Y al otro lado de la última puerta estaba él, como lo esperaba, punto errante
en paisaje de esferas, caminando por afuera, a solas y a tientas, como creyó
haberlo dicho ya en otro sueño.
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