a Rainer Maria Rilke, que me
dice de lejos
sembrado en esa amplitud
apliqué el caballo al raro ejercicio del habla
los robles, las acacias, los pájaros a veces
arrojado tardemente luego a la intemperie de las calles
busqué un silencio sin sospechas
las comas, los puntos, los sonidos a veces
entre todo lo que pueda ser un yo
y entre todo lo que pude ser un yo
interpuse la palabra
para disiparme
oscuramente
apelado por todos los nombres que ignoran todo del gran
desierto
que ignoran todo del Gran Desierto
todo del Gran Desierto
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