Soy bahía. Soy lengua de agua que entra módicamente al mundo. Que lo lame. Lo degusta. Detrás de mí el infinito mar, la tierra dura adelante. Tengo vocación de círculo pero quedo siempre a la mitad. Se apoyan en mí los barcos y los peces chicos. Reposan. Descansan. Mansa como una espada guardada soy. Es que estoy levemente dormida, levemente semicircular. Soy bahía. He conseguido ganarle a la tierra un mordico de arena. A fuerza de lamer y lamer. Siglos con las olas en la espalda. Con las piedras en la frente. Soy bahía. Rítmicamente golpeo las costas y las horado. Las agrieto. Las lavo. Los hombres juegan a ser hombres sobre mi vientre. De algún modo yo los nazco. Les doy de beber. Quienes no quieren el mar grande se enredan en mi saliva. Yo los chupo. Tengo vocación de círculo pero respeto mis límites. Por la noche crezco como un sueño. En el día un niño bueno soy. Los hombres se creen en altamar cuando me arriban. Cuando me navegan. Pero yo les grito aunque no me oigan que soy bahía. Soy lengua de agua que entra módicamente al mundo.
"De algún modo yo los nazco" "He conseguido ganarle a la tierra un mordisco de mar" "Quienes no quieren el mar grande se enredan en mi saliva" "Por la noche crezco como un sueño". Joyas auténticas que engalanan el cuello de la literatura.
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