Adentro tejo y destejo una madeja enredada que quién sabe
quién me ha enseñado a entramar.
Afuera el mundo hace lo que quiere.
En la ventana está el mundo si miro.
Me gusta pensar su distancia.
El sol alumbra la tecla que piso.
Despacito y subrepticio me desvisto.
Afuera el viento hace lo que quiere.
La parte que del viento se filtra por los vidrios me escora
el nido rubio de los pelos.
El viento que me trenza.
Fatalmente me desvisto.
Afuera tejo la madeja que no he podido dejar de
tejer.
Adentro el viento hace lo que quiere.
Quise decir simplemente que las cosas sucedieron
sin que yo me propusiera nada.
Haroldo Conti
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